Abogados de Familia expertos en pensiones compensatorias y alimenticias

El requisito fundamental es que, a consecuencia de la separación o divorcio, uno de los cónyuges haya sufrido un desequilibrio patrimonial respecto al otro que suponga un empeoramiento de su situación en comparación a la que disfrutaba durante el matrimonio.

El objetivo de la pensión no es igualar los patrimonios, ni corregir desequilibrios que no guarden relación con la ruptura matrimonial. Por ejemplo, no corresponde pensión compensatoria por el simple hecho de que los cónyuges tengan salarios muy diferentes, pero sí por el hecho de que uno de ellos hubiera dejado de trabajar para ocuparse de los hijos pequeños mientras el otro proyectaba su carrera profesional.

Existe derecho a percibir esta pensión bien porque así lo acuerden las partes o porque así lo solicite una de ellas al iniciarse el procedimiento de separación o divorcio.

A falta de acuerdo de los cónyuges, será determinada por el juez en sentencia, valorando todas las circunstancias de cada caso particular. A modo de ejemplo, el artículo 97 del Código Civil menciona las siguientes:

1.ª Los acuerdos a los que hubieran llegado los cónyuges.

2.ª La edad y el estado de salud.

3.ª La cualificación profesional y las probabilidades de acceso a un empleo.

4.ª La dedicación pasada y futura a la familia.

5.ª La colaboración con su trabajo en las actividades mercantiles, industriales o profesionales del otro cónyuge.

6.ª La duración del matrimonio y de la convivencia conyugal.

7.ª La pérdida eventual de un derecho de pensión.

8.ª El caudal y los medios económicos y las necesidades de uno y otro cónyuge.

9.ª Cualquier otra circunstancia relevante”, como la colaboración en las actividades profesionales o mercantiles del otro cónyuge.

Finaliza el artículo 97 del Código Civil diciendo que, “en la resolución judicial o en el convenio regulador formalizado ante el secretario judicial o el notario se fijarán:

• La periodicidad
• La forma de pago
• Las bases para actualizar la pensión
• La duración o el momento de cese
• Las garantías para su efectividad.”

También, es importante saber en qué circunstancias no hay causa para la solicitud y fijación de la pensión compensatoria:

1. Cuando la ruptura o divorcio perjudica económicamente a ambos cónyuges.
2. Cuando ambos disponen de ingresos o bienes propios que les permite mantener el mismo nivel de vida que durante la convivencia.

La pensión podrá modificarse cuando cambien las circunstancias económicas de alguno de los cónyuges y se extinguirá por las causas acordadas por las partes, por el paso del tiempo cuando la pensión sea temporal y, cuando no se haya previsto nada por los cónyuges, el artículo 101 del Código Civil prevé su fin por las siguientes causas:

• “Por el cese de la causa que lo motivó
• Por contraer el acreedor nuevo matrimonio
• Por vivir maritalmente con otra persona.”

La pensión compensatoria se calcula atendiendo al contexto y circunstancias de cada caso particular, pero la ley y la jurisprudencia establecen algunos criterios a tener en cuenta.

Para fijar la cuantía de la pensión compensatoria, el artículo 97 del Código Civil dice que, a falta de acuerdo entre los cónyuges, el Juez tendrá en cuenta los siguientes hechos:

• Edad y estado de salud.
• Posibilidades de acceso al mercado laboral y cualificación profesional.
• Dedicación pasada y futura a la familia.
• Colaboración con su trabajo en las actividades profesionales del otro cónyuge.
• Duración del matrimonio y de la convivencia conyugal.
• Pérdida eventual de un derecho de pensión por el hecho de estar casado.
• Caudal, medios económicos y necesidades de ambos cónyuges.
• Otras circunstancias. Por ejemplo, el hecho de que el cónyuge que la solicita no tenga empleo pero, en cambio, haya recibido una herencia que mejora su situación económica.

La cantidad concreta varía en cada caso pero, en general, los tribunales estiman que la suma no puede superar entre el 30 y 45 % de los ingresos que percibe el obligado al pago. Aunque este criterio tampoco se cumple siempre pues cada caso es siempre distinto. La suma final será actualizada de forma anual conforme el IPC que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Existen distintas calculadoras publicadas pero no son ni creadas ni aprobadas por el Consejo General del Poder Judicial. La única ideada por este órgano es la generada para el cálculo de las pensiones alimenticias.

La ley no se pronuncia sobre la duración de la pensión compensatoria. Por este motivo, y según las circunstancias del caso, salvo pacto entre los cónyuges, son los jueces quienes determinan si la pensión debe ser indefinida o temporal.

En la mayoría de casos, cuando el cónyuge tiene posibilidades de acceder al mercado laboral, la pensión se estima de forma temporal. En cambio, a una persona que por edad o motivos de salud tiene mayor dificultad de percibir ingresos propios se reconocerá la pensión compensatoria con carácter vitalicio.

El art. 100 CC determina que, fijada la pensión, esta sólo podrá ser modificada por alteraciones en la fortuna de uno u otro cónyuge que así lo aconsejen. Por tanto, siempre que empeore la situación económica del obligado al pago o mejore la del cónyuge que lo percibe, la cuantía se podrá modificar.

Tal modificación, salvo pacto entre los cónyuges, deberá ser solicitada por el interesado mediante demanda de modificación de medidas.

Si la pensión fuera temporal, una vez finalizado el plazo por el que se acordó se extinguirá la misma. En cualquier tipo de pensión los propios cónyuges pueden prever las causas de extinción de dicha pensión. Si no hacen uso de esta facultad, el Código Civil en el artículo 101 establece que: “El derecho a la pensión se extingue por el cese de la causa que lo motivó, por contraer el acreedor nuevo matrimonio o por vivir maritalmente con otra persona.”

Es importante tener en cuenta que el fallecimiento del obligado al pago no extingue la pensión compensatoria. Sus herederos podrán solicitar al juez su reducción o extinción, si el caudal hereditario no pudiera asumir el pago o si este pago pudiera afectar a sus derechos en la legítima.

Como se ha indicado, la pensión compensatoria surge cuando el divorcio o separación produce desequilibrios económicos entre los cónyuges. Por tanto, en el Derecho Común, sólo se reconoce a parejas que han estado unidas en matrimonio y no a las uniones de hecho.

Por el contrario, en algunos Derechos Autonómicos se reconocen figuras jurídicas similares a la pensión compensatoria para las parejas de hecho, como por ejemplo en el Derecho Catalán.

Las pensiones compensatorias se dan con o sin hijos. Como hemos planteado, el desequilibrio económico da lugar a la pensión compensatoria con los requisitos ya argumentados sin perjuicio de si existan o no hijos en común, pues no debe confundirse con la pensión alimenticia.

El término “madre soltera” hace referencia al hecho de que la mujer no esté casada, pudiendo el hijo tener o no un segundo progenitor legalmente reconocido.

La pensión compensatoria reconocida en el Código Civil tiene como requisito previo para su concesión la existencia de un vínculo matrimonial, pues solo puede concederse en caso de separación o divorcio, ya que su finalidad es corregir el desequilibrio económico que tal separación o divorcio produce.

No debe confundirse con la pensión alimenticia en favor del hijo, que puede exigirse en caso de que se reconozca la filiación paterna.

El artículo 146 CC establece como norma para calcular la pensión de alimentos que “la cuantía será proporcionada al caudal o medios de quien los da y a las necesidades de quien las recibe.”

A efectos prácticos, para el cálculo de la pensión de alimentos, deben tenerse en cuenta los siguientes factores:

• Ingresos de los progenitores
• Tipo de custodia
• Número de hijos
• Localidad/ Comunidad Autónoma de residencia del menor
• Año en curso

Para ello, generalmente se utiliza la tabla orientativa del CGPJ (Consejo General Poder Judicial).

El IPC (Índice de Precios al Consumidor) es un indicador económico elaborado y publicado por el INE (Instituto Nacional de Estadística) que mide la variación del coste de la vida.

Es indispensable la actualización anual de la pensión alimenticia de los hijos de acuerdo con el mismo. Para ello, la fuente más fiable es la propia herramienta de cálculo que el INE (Instituto Nacional de Estadística) pone a disposición de todo ciudadano.

Elaborar unas tablas podría servir con carácter orientativo pero es mejor no servirse de las mismas como guía porque no existen dos casos iguales y no conviene generalizar en exceso en el ámbito del Derecho de Familia. La cuantía de la pensión alimenticia varía en cada caso particular atendiendo a todas las circunstancias que afecten a las necesidades de los hijos y a las posibilidades económicas de los padres, las cuales no dependen exclusivamente de su sueldo, sino de la totalidad de su patrimonio.

Por ejemplo, puede que el progenitor no perciba un salario pero haya recibido una cuantiosa herencia o puede que, pese a percibir aparentemente un mayor salario que el otro progenitor, también tenga más gastos.

En general, los tribunales fijan un mínimo que puede variar levemente de una Comunidad Autónoma a otra y, a partir de ahí, se fija la pensión según las necesidades de los hijos y la situación económica de cada progenitor.

Por ejemplo, no es lo mismo, tener un hijo de corta edad que ni siquiera ha empezado el colegio que un hijo adolescente cursando estudios en EE.UU. Ante un caso así, el Tribunal Supremo ha llegado a suspender temporalmente la pensión alimenticia del hijo adolescente que estudiaba en EE.UU porque el padre se hacía cargo de todos los gastos de estudio, estancia y traslados, que eran muy superiores a lo correspondiente al pago de la pensión. Sin embargo, al regresar el hijo a España, se reactivaba el pago de la pensión alimenticia para cubrir sus necesidades en España.

También, se ha llegado a suspender con carácter temporal y excepcional el pago de la pensión de alimentos cuando de ninguna forma se ha logrado probar que el progenitor percibiera ningún tipo de ingreso ni dispusiera de ningún tipo de recursos económicos.

Sin embargo, los tribunales no han admitido la petición de reducción de la cuantía de la pensión de alimentos por debajo del mínimo vital, solicitada por un padre que había visto reducido su sueldo, ya que son los progenitores quienes deben ajustarse a las limitaciones de su salario sin condicionar las necesidades vitales de sus hijos.

El mínimo vital, suele rondar los 150€/ mes. Por el contrario, no existe una cuantía máxima, existiendo pensiones alimenticias mensuales que superan los 1.000€ por hijo.

Por último, es importante recordar que la custodia compartida y la pensión alimenticia no son conceptos incluyentes ya que podrá acordarse el pago de pensión de alimentos cuando exista custodia compartida si concurren dos elementos:

• Que exista un gran desequilibrio entre el patrimonio de ambos progenitores.
• Que sea lo más beneficioso para el interés superior del menor.

La principal diferencia entre gastos ordinarios y gastos extraordinarios es la previsibilidad. Los ordinarios son previsibles y periódicos, los extraordinarios son imprevisibles y excepcionales, pero también necesarios para los menores.

Los ordinarios quedan cubiertos dentro del pago de la pensión de alimentos. Los extraordinarios no, y habrán de satisfacerse conforme a lo establecido en cada caso, siendo lo más habitual al 50% por cada progenitor.

Gastos ordinarios: 

• Alimentos, sustento, habitación y educación.
• Uniforme, vestimenta deportiva, materiales, matrícula y costes escolares.
• Transportes y comedor escolar.
• Guardería.
• Actividades extraescolares ya previsibles.

Gastos extraordinarios: 

• Clases de apoyo: inglés, refuerzo, etc.
• Gastos médicos imprevistos: dentista, terapéuticos, oculista, etc.
• Gastos farmacéuticos.

Salvo pacto entre los progenitores, será el juez quien decida la cantidad para la pensión de alimentos. Para ello, es necesario solicitarlo en la demanda de divorcio o de guarda y custodia que se plantee.

Los hijos mayores de edad, dependientes económicamente, pueden instar el correspondiente proceso judicial para reclamar la pensión de alimentos en función de sus necesidades y caso.

Es indispensable justificar la capacidad económica de cada progenitor así como las necesidades y gastos del alimentante para lograr la pensión de alimentos merecida:

• Declaración de la renta.
• Ingresos: nóminas, facturas, etc.
• Gastos: hipoteca, préstamos, alquiler, suministros, etc.
• Gastos del hijo: colegio, actividades, vestimenta, alimentación, etc.

No obstante, durante el proceso es indispensable solicitar averiguación patrimonial del cónyuge obligado al pago para acreditar, con más rigor, su capacidad económica y adecuar la pensión de alimentos en la cantidad ajustada a derecho.

En el caso de los hijos, la pensión de alimentos se extingue cuando estos alcancen la mayoría de edad y consigan la independencia económica.

Aunque, alcanzada la mayor edad, si los hijos no son económicamente independientes y ello se debe a su falta de interés por no esforzarse en finalizar sus estudios y/o encontrar un trabajo y, además, los hijos no quieren mantener relación con su progenitor, podrá solicitarse la extinción de la pensión de alimentos.

En el caso del cónyuge, la pensión compensatoria se extinguirá:

• En cualquier caso, por concurrir alguna de las causas pactadas por los cónyuges.
• Si fuera temporal, porque haya pasado el tiempo por el que se acordó.
• Cuando nada hubieran pactado las partes, porque haya cesado la causa que la motivó, por contraer su beneficiario nuevo matrimonio o mantener una relación análoga a la conyugal.

En la mayoría de ocasiones, salvo pacto entre los cónyuges, la prestación alimenticia será extinguida por un juez previo análisis del caso y tras presentar una demanda de modificación de medidas siempre que concurra y se pruebe un sustancial cambio en las circunstancias tanto en el alimentante como el alimentado.

En general, entre los motivos más frecuentes de esta extinción encontramos:

• Fallecimiento del alimentado.
• Independencia económica del alimentado.
• Relación nula progenitor-hijo.
• Motivo de desheredación del hijo.
• Reducción drástica de los ingresos del alimentante.